En el momento justo llegaste a mí, paso a paso, con las alas mojadas e indefensa. Tu independencia se veía en peligro, pero no podías estar en mejores manos. El sol se ocupó del resto y tu vuelo me enamoró, más si cabe de ti. Jesús Chica te trajo a mí y mi hija Ruth, inmortalizó el momento. Gracias a l@s d@s.
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