Pincelada a pincelada, el agua dio forma atemporal al sueño. Ven, dame la mano, vamos a descubrir el misterio del amor. Encajarán las piezas en un puzzle zancadilleado y tú, por fin verás mis ojos al otro lado de la puerta.
Hay imágenes a las que no puedes poner nombre, aún cuando la hicieras tú, ello sería sacrilegio.
Alto y claro lo veo. Eso es, no hace falta poner nombre a todo, simplemente disfrutarlo como se merece.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Así es, guapa mía. La utopía es quien nos salvará de la realidad. Besines
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